sábado, 10 de julio de 2010

http://www.eldia.com.ar/edis/20100710/informaciongeneral0.htm


Diario El Día, Sábado 10 de Julio de 2010

EXPERIENCIA EN EL BARRIO EL MERCADITO


Tejidos contra la adversidad

Un grupo de vecinas aprendió a tejer en el marco de un programa de la UNLP. Ahora se organizaron en una cooperativa


Una gran ayuda y un complemento para apuntalar la muchas veces exhausta economía familiar. Eso representa para María Claudia Castro su participaron en la cooperativa de tejedoras de los barrios La Unión y el Mercadito. La iniciativa forma parte de un proyecto de extensión universitaria de la Facultad de Humanidades nacido en el año 2006, que permitió a ocho mujeres de esos barrios vulnerables de la periferia platense aprender a tejer en telar y vender lo que producen en ferias locales, mientras otras tres estudian y se preparan con miras a integrarse al proyecto.

"El programa de Educación y Promoción de Derechos en el Barrio La Unión y el Mercadito nació con una serie de talleres de apoyo escolar y actividades para chicos. Poco a poco empezamos a vincularnos con las mamás de esos nenes, las mujeres del barrio y a saber de sus necesidades. Y así, en 2006 pusimos en marcha este proyecto, que nos permitió enseñarles a tejer y proveerles a cada una un telar con el que producen bufandas, pashminas, ponchos y chalecos, entre otros artículos", dice la socióloga Luciana Sotelo, una de los 23 estudiantes y profesionales de las carreras de Sociología, Bellas Artes y Ciencias de la Educación que forman parte del proyecto. Y agrega: "Al principio tejían para ellas. Pero más tarde lo empezaron a hacer para vender y organizamos la cooperativa que actualmente las integra".

Los artículos que confeccionan las mujeres se venden todos los
domingos en la feria de 17 y 71 y en otras ferias de la ciudad, como la que se organiza este fin de semana en 39 nº 609. Con lo recaudado se compra materia prima para tejer nuevas prendas antes de repartir el dinero entre las mujeres del barrio que integran la cooperativa.

Margarita Vera, que tiene 4 hijos, dice que lo que gana tejiendo representa una gran ayuda en su hogar: "mi marido trabaja en la construcción haciendo changas, como la mayoría de los hombres del barrio, y necesitamos algún otro ingreso. Y este trabajo es ideal para las mamás, porque podemos hacerlo desde casa y sin descuidar a los chicos", afirma.

Las tejedoras se reúnen en el comedor del barrio El Mercadito, donde trabajan y organizan las tareas mientras sus hijos asisten a las distintas propuestas educativas y creativas comprendidas en el programa.

"La idea es que nosotras vayamos enseñándole el oficio a otras mujeres del barrio para que se sumen, ya que se trata de una tarea que, una vez aprendida, nos permite trabajar sin alejarnos de nuestras casas y nos aporta un ingreso extra que es variable (mayor en el invierno y cerca de las fiestas de Fin de Año), pero que siempre ayuda", dice María Claudia Castro.






No hay comentarios:

Publicar un comentario